miércoles, 26 de febrero de 2014

La influyente serie de Martha Rosler "Trayendo La Guerra A Casa: House Beautiful" / Martha Rosler's powerful series "Bringing The War Home: House Beautiful"


Martha Rosler es una artista nacida en 1943 en Brooklyn, Nueva York, que trabaja con vídeo, collage, instalaciones y performace. Entre 1967 y 1972, durante la guerra de Vietnam, llevó a cabo una serie de fotomontajes titulada Bringing The War Home: House Beautiful (Trayendo La Guerra A Casa: House Beautiful), serie que retomó en 2004 y 2008 con motivo de la guerra en Irak y en Afganistán.

Esta serie consistía en varios collages en los integraba en una misma imagen recortes de fotografías de la revista Life, en la que habitualmente aparecían reportajes con fotografías de la guerra (bombardeos, soldados, víctimas mutiladas o muertas...), al lado de anuncios publicitarios de diversos productos, artículos para el hogar, y fotografías de sofisticados interiores de casas.

La técnica del collage ya había sido empleada por los Surrealistas y Dadaístas antes de que lo hiciesen los artistas Pop. En sí misma es una técnica transgresora, por el hecho de que supone la creación de una nueva realidad a partir de los fragmentos de otra. Aunque a diferencia de los collages surrealistas en los que los fragmentos de las imágenes a menudo parecen flotar en el aire, Rosler mantiene la perspectiva central, creando la ilusión de que se podría tratar de un espacio real y continuo. De esta manera se refuerza la idea de que la guerra ha entrado literalmente dentro de la casa. Los norteamericanos sufren directamente las consecuencias de la guerra. Las fronteras entre ellos/nosotros, aquí/alli, lo personal/lo político, se diluyen.

Al reunir en una sola las imágenes de la guerra en otros países, por un lado, y del consumismo en Norteamérica por otro, Rosler pone de manifiesto la separación artificial y deliberada que los medios de comunicación hacen de ambas, como si fuesen dos realidades distantes. Se presenta la guerra como un "reportaje", y en páginas contiguas, las imágenes de los objetos de consumo y el estilo de vida norteamericano, como "publicidad". De esta manera, Rosler saca a la luz algo muy sucio que los medios de comunicación y las corporaciones que los controlan hacen que permanezca oculto, invisible: que ambas realidades son las dos caras de la misma moneda, porque existen suculentos beneficios y un progreso económico en norteamérica debido precisamente a la industria militar y al negocio de las armas, y al despliegue realizado en países en los que EE.UU. tiene fuertes intereses, particularmente en el Medio Oriente debido al petróleo.

Mientras tanto, la población permanece ajena a las atrocidades que ocurren en la guerra (presentada en los medios como algo que sucede en un lugar remoto), porque está demasiado ocupada amueblando sus casas y comprando coches y televisores. Sin embargo, el mal retorna a casa tarde o temprano, no sólo debido a las muertes, las graves heridas y la destrucción, sino en forma de resentimiento, odio hacia los norteamericanos y terrorismo. Cuarenta años después de Vietnam, el ciclo de la violencia continúa y se transmite a las generaciones siguientes.

Por otra parte, estas obras ponen de manifiesto el ideal al que se supone que debe aspirar la mujer según los anuncios publicitarios. En la obra de más arriba vemos en primer plano a una mujer blanca, delgada y rubia, que se nos presenta ante todo como un objeto sexual que permanece en casa, que no aparece caracterizada por su intelecto o su trabajo, y cuya cualidad y preocupación principal es su belleza física (que por otro lado responde a un determinado canon de belleza que se nos impone). Ella muestra una reacción de pánico ridículamente escenificada a causa de una imagen en su teléfono móvil (en cuya pantalla vemos a un hombre aparentemente haciendo gestos dedesesperación). Y en cambio, permanece completamente ajena al horror de las explosiones en su jardín, y parece no ver a las dos niñas muertas que están en un segundo plano, tendidas en las cómodas sillas del salón de su casa. ¿Quiénes son estas niñas? Podrían ser dos víctimas inocentes o podría ser una alusión metafórica a las niñas norteamericanas, cuya alma se muere debido a esta cultura de la brutalidad y el consumismo que asimilan, y a la mala educación y el mal ejemplo que están recibiendo. La imagen de la mujer aparece duplicada, reforzando esta idea de la mujer como un objeto de consumo producido en serie, uno más entre los objetos decorativos y los electrodomésticos de la casa.

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Martha Rosler is an artist born in 1943 in Brooklyn, New York, who works with video, collage, installations and performance. Between 1967 and 1972, during the Vietnam War, she did a series of photomontages titled House Beautiful: Bringing The War Back Home, series that she restarted in 2004 and 2008 due to the war in Iraq and in Afghanistan.

This series consisted in several collages in which she integrated in one image cut out photographies of the Life magazine, where usually appeared features with war photographs (bombings, soldiers, amputees or dead victims...) beside advertisements of different products, home articles, and photographs of sophisticated house's interiors.

The collage technique had already been used by Surrealists and Dadaists before Pop artists did. It is a transgressive technique itself, because it supposes the creation of a new reality from the fragments of another one. Although unlike the surrealist collages where the images's fragments often seem to float in the air, Rosler keeps the central perspective, creating the illusion that it could be a real and continuous space. In this way the idea that the war has literally entered inside the house is reinforced. North americans directly suffer the war's consequences. The frontiers between them/us, here/there, the personal/the political, become diluted.

Getting together as one the images of war in other countries, on one hand, and those of the consumism in North America on the other, Rosler shows the artificial and deliberate separation that mass media make amongst both, as if they were two distant realities. The war is presented as a "feature", and in adjacent pages, the images of consumer goods and the north american way of life, as "advertising". This way, Rosler brings to light something very dirty that mass media and the corporations that control them make remain hidden, invisible: that both realities are two sides of the same coin, because there are succulent benefits and an economic progress in North America precisely due to the military industry and weapons business, and to the deployment made in countries where the U.S. have strong interests, particulary in the Middle East because of the petroleum.

Meanwhile, the population remains unaware of the atrocities happening in the war (presented in the media as something that happens in a faraway place), because they are too busy furnishing their houses and buying cars and TVs. However, the evil returns home sooner or later, not only due to the deaths, serious injuries and destruction, but as resentment, hate towards the north americans and terrorism. Forty years after Vietnam, the violence's cycle continues and is transmitted to the next generations.

Besides, these artworks show the ideal to which women are meant to aspire according to advertisemets. In the artwork above we can see in the forefront a white, thin, blonde woman, who is presented avobe all as a sexual object that stays at home, that doesn't appear characterized by her intellect or her job, and whose principal quality and worry is her physical beauty (that also fits a determinate beauty canon that is imposed to us). She shows a panic reaction ridiculously dramatised because of an image in her mobile phone (in whose screen we see a man apparenty making desperation gestures). And on the other hand, she is completely unaware to the horror of the explosions in her garden, and she seems not to see the two dead girls who are in the background, stretched out in the comfortable chairs of her house's living room. Who are these girls? They could be two innocent victims or it could be a metaphoric allusion to the north american girls, whose soul dies due this brutality and consumism culture they assimilate, and the bad education and example they are receiving. The womam's image appears duplicated, reinforcing this idea of the woman as a consumer item mass-produced, one more amongst the house's decorative objects and the electrical appliances.



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